jueves, 18 de noviembre de 2010

Te conozco


Sabed  iluso espejo de la oscuridad,
 que océanos  de  lagrimas llevan tu nombre,
 sabed vil maniático de la mentira, que no hay ánimo que salve tu locura,
 ni perdón  a tu cordura, mas existes en la paradoja pues nada te creó
 y es la nada el silencio que acompaña tu sino,
 dejad paso a quien huye de tu misericordia,
 pues es pan que nunca falta, todos encarnizamos esa lucha que nos separa y
 a todos nos une la daga con la que nos matas,
 deja de vivir en la ambigüedad del que siente y no expresa nada,
 para acudir siempre cuando no te llaman,
 preséntate así, tal como eres, deja que te juzguen o que  tengan piedad de tí,
 solo importas cuando nada importa, te conozco… soledad.

1 comentario:

  1. Maravillosa entrada dedicada a esa soledad buscada en ocasiones y presente sin quererlo,la gran mayoría.
    me encantó tu poema.
    Un besazo.
    Morgana.

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