Sabed iluso espejo de la oscuridad,
que océanos de lagrimas llevan tu nombre,
sabed vil maniático de la mentira, que no hay ánimo que salve tu locura,
ni perdón a tu cordura, mas existes en la paradoja pues nada te creó
y es la nada el silencio que acompaña tu sino,
dejad paso a quien huye de tu misericordia,
pues es pan que nunca falta, todos encarnizamos esa lucha que nos separa y
a todos nos une la daga con la que nos matas,
deja de vivir en la ambigüedad del que siente y no expresa nada,
para acudir siempre cuando no te llaman,
preséntate así, tal como eres, deja que te juzguen o que tengan piedad de tí,
solo importas cuando nada importa, te conozco… soledad.
Maravillosa entrada dedicada a esa soledad buscada en ocasiones y presente sin quererlo,la gran mayoría.
ResponderEliminarme encantó tu poema.
Un besazo.
Morgana.