Los ocasos que ignoramos
El agua que no bebimos
El aire que no inspiramos
El fuego que no encendimos
La tierra que no pisamos
El camino que no hicimos
El árbol que no plantamos
El fruto que no cogimos
Las hojas que no cortamos
Los días que no vivimos
Las noches que no gozamos
Las horas que nos perdimos
Los minutos que pasaron
La alegría que pudimos
Derrochar y nos quedamos
Con las ganas de sembrarla
Cada día en nuestro campo.
Al mirar la nueva luna
cuando se asoma a los páramos
me doy cuenta de lo mucho
que en el intento dejamos
escapar por un futuro
que se convierte en pasado.
(un regalo de mi padre)
¡Si no perdieramos el tiempo en lo que podría haber sido y no fué!
ResponderEliminarBuén regalo de tu padre. Saludos.
Es de lo más precioso que te han podido regalar.
ResponderEliminarDivino.
Un abrazo